Chiapas: «VIOLENCIA desbordada, fruto de la impunidad, la complicidad, la corrupción, negación y minimización de los fatales hechos violentos que día con día viven nuestros pueblos»

Diócesis de San Cristóbal de Las Casas

A 21 de octubre de 2024. San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.

«Servir hasta dar la vida» (Marcos 10,45)

A nuestra amada Diócesis de San Cristóbal de Las Casas
A la comunidad eclesial y de otros credos de México, Latinoamérica y el mundo
A las organizaciones de Derechos Humanos nacionales e internacionales
A los hombres y mujeres de buena voluntad que luchan por La Paz

A los medios de comunicación y prensa independientes
A los tres Niveles de Gobierno de México

Somos una Iglesia martirial, testigos y testigas del Evangelio al estilo de Jesús: hasta dar la vida, que como parte de nuestra identidad diocesana confirmada en nuestro Año Jubilar «Itatic Samuel, caminante en el corazón de los pueblos. Memorias y horizontes», los testimonios de nuestros y nuestras mártires, fieles a la construcción del Reino de Dios: de Verdad Liberadora, Justicia, Amor y Paz, quienes fueron capaces de dar la vida. Que los valientes hombres y mujeres de fe en territorio diocesano de Acteal, Wolonchán, Simojovel, Chicomuselo y ahora el 20 de octubre de 2024 en San Cristóbal de Las Casas, con el infame asesinato del Pbro. Marcelo Pérez Pérez, incansable Apóstol de La Paz, nos impulsen a seguir siendo colaboradores y colaboradoras de una sociedad que pueda vivir con dignidad.

Nuestro querido hermano sacerdote Marcelo, nació en el paraje Chichelalhó, municipio de San Andrés Larrainzar, Chiapas, el 17 de enero de 1974; sus padres son Miguel Pérez Santiz y Antonia Pérez Hernández, siendo Marcelo el tercer hijo de nueve hermanos. Ingresó al Seminario de Santa María de Guadalupe de la Arquidiócesis de Tuxtla en el año de 1990. Y en nuestra Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, recibió las órdenes al diaconado el día 6 de octubre de 2001 y fue ordenado sacerdote, el 6 de abril de 2002.

Colaboró en las parroquias de San Andrés Apóstol, Larrainzar, San Pedro Apóstol, Chenalhó, San Juan Bautista, Chamula, San Antonio, Simojovel y en Nuestra Señora de Guadalupe en San Cristóbal de Las Casas. Fue coordinador de la Pastoral Social Diocesana y de la Provincia de Chiapas, acompañó distintos procesos de mediación. Fue defensor de Derechos Humanos y de la Madre Tierra, caminó en la búsqueda de justicia y Paz, especialmente en Simojovel, Pantelhó y
San Cristóbal de Las Casas.

Todo este servicio que desempeñó, le llevó a sufrir un largo periodo de amenazas persecuciones, hostigamientos, calumnias, difamaciones, incluso una orden de aprensión infundada, que ponían en riesgo su integridad, llegando al punto de arrebatarle su vida. Todo esto se da en un contexto que como Diócesis, señalamos desde 2020 en la Carta Pastoral «Caminemos juntos a la Luz de
Señor», cuando se da un incremento de la descomposición social con situaciones de violencia, por la presencia de los grupos delincuenciales y la permisividad de las autoridades, mediante redes de corrupción.

Nuestro hermano Marcelo, aún sabiendo que peligraba su vida, vivió una profunda Fe en Dios y un gran amor a los pueblos que le hizo llegar hasta las últimas consecuencias sellando hoy, con su sangre, su compromiso hasta dar la vida.

Por todo lo expresado anteriormente:

Demandamos a los tres niveles de Gobierno un ¡ALTO TOTAL A LA VIOLENCIA! desbordada en nuestro estado, fruto de la impunidad, la complicidad, la corrupción, negación y minimización de los fatales hechos violentos que día con día viven nuestros pueblos, especialmente Chicomuselo, Frontera Comalapa, Pantelhó así como la región de la Sierra y la Fraylesca.

Continuando con la demanda del urgente desarme, desmantelamiento y desarticulación inmediata de los grupos criminales que imperan en la entidad y sus redes aliadas nacionales e internacionales, interesadas en el despojo y control territorial.

Exigimos el esclarecimiento del cruel asesinato del Pbro. Marcelo Pérez Pérez, ejecutado ayer 20 de octubre de 2024, al terminar la misa matutina en el Barrio de Cuxtitali. Y que se haga justicia hasta llegar a los verdaderos autores intelectuales y materiales, evitando acusaciones ligeras para evadir la presión social.

Cese a la criminalización y persecución de sacerdotes, misioneros, misioneras, hermanos laicos y laicas, defensores y defensoras de Derechos Humanos, comprometidos por La Paz con justicia y dignidad, en el servicio pastoral fuera y dentro de nuestra de Diócesis de San Cristóbal.

Conmovidos ante este indignante y lamentable acontecimiento, agradecemos todas las muestras de solidaridad recibidas de parte de la comunidad eclesial, instituciones afines y sociedad civil nacional e internacional. A quienes les pedimos que nos mantengamos en comunión en este servicio al que hemos sido llamados a colaborar en los caminos de La Paz, como nos mostró con su testimonio de vida hasta el martirio, nuestro querido hermano sacerdote Marcelo, hombre de
Dios.

Como Diócesis te agradecemos Padre Marcelo tu vida, tu opción, tu entrega, tu valentia y tu convicción en la construcción de La Paz, en el seguimiento de Jesús hasta la Cruz y la resurreccion.

¿Quién nos separará del Amor de Cristo?… Estoy seguro que ni muerte ni vida, ni poderes ni criatura alguna, nos podrá separar del amor de Dios manifestado en Cristo.

Cfr. Roma. 9,35.38_39

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *